La presente conferencia fue pronunciada por Heidegger el 18 de Julio de 1962 en un curso de reciclaje para profesores de ciencias en Escuelas de Formación Profesional, organizado por la academia Comburg para formación del profesorado; la pronunció a instancias de un hijo suyo que era jefe de estudios en una escuela de formación profesional.
El título de la conferencia, nombrando dos formas de darse el
lenguaje, es revelador de lo que pretende dilucidar el pensador en su conferencia. Por añadidura, también es una señal
indicadora la cita del sabio taoísta Zhuangzi que añade en su introducción, y
su referencia a aquello que es inútil. No en vano, la filosofía clásica todavía
era capaz de distinguir – e incluso valorar- los “saberes inútiles”.
En cuanto al lenguaje técnico, desde un punto de vista clásico,
Heidegger no considera que sea antitético o ajeno al lenguaje tradicional o
lenguaje materno, pues, nos recuerda, que “Técnica” proviene del griego
“Technikon”, que denota la habilidad o conocimiento de saber hacer algo o
llevar un proyecto a cabo. Lo cual, por supuesto, conlleva un lenguaje técnico
que muestra o hace surgir ante nosotros un determinado “traer a la mano”.
Le confiere, además, un especial interés a la conferencia la
advertencia que Heidegger lanza, primero, contra el lenguaje entendido como
mero instrumento de comunicación y, segundo, por la necesaria diferenciación
entre el lenguaje esencial y cualquier otra forma de comunicación que no dice
nada. Y me parece de
especial interés dada la época en la que vivimos y, aparentemente, las
posibilidades , inéditas hasta ahora, de comunicación que están a nuestro alcance;
recordemos una vez más aquello que dice Heidegger en “Ser y Tiempo” y repite
una vez más en esta conferencia: Se puede hablar mucho y no decir nada.
Otro aspecto importante, y que enlaza con el ámbito del lenguaje
técnico, es la habitual consideración del lenguaje como “sistema estructurado
que nos permite la comunicación”. Para Hedidegger, eso es tanto como arrebatar
o enajenar al hombre de aquello que lo constituye precisamente como hombre;
pues es el lenguaje depositario de nuestros principales atributos: El “Ser” y la Historia.
En cambio, si retomamos la idea principal de la conferencia,
recordaremos que “decir” es el acto de traer las cosas (el Ser) ante nosotros,
consiste en un mostrar el mundo; en desvelarlo y fijarlo. Pero, qué ocurre con
un determinado lenguaje derivado de la técnica y la ciencia moderna: Que es
sistemático y acotado. La máquina admite el 0 y el 1; proposiciones verdaderas
o falsas dentro de un marco de posibilidades determinadas de antemano. Y,
mediante este sistema lingüístico, la máquina determina qué es accesible y qué
no.
Y ése es para Heidegger uno de los grandes peligros derivado del
lenguaje técnico que amenaza al hombre en nuestros días: Siendo en su esencia
tan extraño y enajenado con respecto a nuestro más íntimo Ser, ha sido erigido
como intermediario entre nosotros y el mundo. Véase, por ejemplo, el concepto
de identidad empleado en la antropología moderna: Una identidad construida por
una mezcla compuesta de genotipo y fenotipo. Es decir, una identidad que
aglutina nuestra información genética más los factores ambientales y culturales.
Según esta definición, la ciencia, el lenguaje científico, nos dota,
al observar y describir nuestros genomas, al mismo tiempo que la cultura y el
entorno, de nuestra identidad, obviando así el hecho fundamental que entronca
con la denuncia que Heidegger lanza en la conferencia.
Por ejemplo, si retomamos el caso anterior, la antropología moderna no
tiene en cuenta que método o sistema ya es lenguaje y, lo que parece más
preocupante, la propia ciencia, el lenguaje técnico, no es otra cosa que una determinada
manifestación cultural. En definitiva, pasando por alto que cualquier
descripción del genoma ya es en sí un hecho cultural, con la preocupante
salvedad de que en este caso vendría mediada por instrumentos de medición y
observación con sistemas lingüísticos propios. Ese es en definitiva el mayor ataque contra el lenguaje entendido
en un sentido tradicional: Aquel que conlleva un desvelar lo ausente y muestra
lo real mediante la palabra, frente a uno meramente calculador. Y lo es, en
definitiva, por dos razones: Por
convertir el lenguaje en una propiedad compartida con las máquinas diseñadas
por el hombre; y por despojar al hombre de aquello que representa su Ser más
propio.
La ciencia, el lenguaje técnico, aquí, se escinde de su matriz y se coloca a sí misma como
causa. ¿No resuena de nuevo en todo esto la famosa y antigua tesis de
Feuerbach?
LA CONFERENCIA: LENGUAJE TRADICIONAL LENGUAJE TÉCNICO
El pensamiento único se esconde en el algoritmo:
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