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miércoles, 17 de junio de 2015

Tales de Mileto / Los teoremas de Tales



"Una explicación que no carece de verosimilitud  es que las diversas artes y la filosofía fueron descubiertas muchas veces y muchas veces perdidas, lo cual es muy posible, y que estas creencias son, por decirlo así, despojos  de la sabiduría antigua conservados hasta nuestro tiempo."

Aristóteles, Metafísica, Lib. XII


Tales de Mileto vivió durante los siglos VII y VI a. C. Esto significa que vivió durante el periodo arcaico, una época marcada por el contacto, influencia y el posterior conflicto entre occidente y oriente; la Hélade y el imperio Persa. Es, ante todo,  la época en que la cultura griega toma conciencia de sí misma e inicia su andadura en las artes, la ciencia, el pensamiento y la política; el propio Tales es paradigma de su tiempo, que lo  determina  y le dota de una trascendencia que va mucho más allá de sus teoremas. Tal es así que bien se puede decir que tuvo la genialidad de abrir un nuevo horizonte de pensamiento que determinó una forma nueva y original de aproximarse a la realidad y explicar el cosmos: La Filosofía. El es el primer presocratico y, por lo tanto, el primer filósofo de la historia. Pero antes de hablar del personaje, sería interesante esbozar brevemente el mundo en el que vivió.

Mileto fue fundada en el siglo XII antes de Cristo por los pueblos jónicos que emigraron empujados por las invasiones dóricas en el Peloponeso. Ya en el S. VII a.C., Mileto era una ciudad importante, floreciente, volcada al comercio y la pugna por el liderazgo político en el área de influencia jónica del Asia menor. Lo cual trajo un fuerte intercambio de cultura y de ideas del cual Tales se nutrió  -él mismo, hijo de Examies y Cleobulina era de origen fenicio- y, probablemente marcó, junto con los viajes que realizó, su desarrollo; no exento de una creatividad y de una originalidad que difícilmente se hubiese podido dar en otro lugar que no fuera Grecia; su visión de la Naturaleza (φύσις) es privativa de ese lugar –fue Homero el primero en referir este término en la Odisea-. Aunque, tambien, cabe decir que finalmente Mileto no fue capaz de oponer un poder real y efectivo lo suficientemente grande como para conservar su independencia frente al poder Persa.

Así pues, este nuevo pensamiento que inaugura Tales de Mileto se caracteriza por la voluntad de trascender las antiguas cosmogonías míticas de Homero y Hesiodo, que ya no resultaban válidas o suficientes para explicar el mundo. No hay una sustitución del mito por el logos, sino una progresión, ya que lo que pretenden estos pensadores es encontrar un método de aproximación a lo divino; entendiendo lo divino como aquello que constituye el ser del mundo. Es decir, su naturaleza.  Esta nueva pregunta por el ser de las cosas sujetas a la verdad revelada por el pensamiento (επιστεμη) da origen a la filosofía y, por ende, a la ontología. 

De Tales de Mileto no consta que haya escrito o sistematizado su pensamiento en algún tratado, todo lo que ha sido legado a la posteridad pervive por sus numerosos comentadores. Entre ellos, algunos tan célebres como Aristóteles, que escribió en su tratado sobre el Alma: “Algunos afirman que el alma se halla entreverada en el todo. Posiblemente es éste el motivo por el que Tales pensó que todo estaba lleno de Dioses”.

De su pensamiento, sabemos que concebía el agua como principio fundamental (αρχη) de la naturaleza (φύσις) y, por tanto, de todas las cosas. Tales creía que la tierra estaba rodeada de agua y que la tierra surgía de ella; de ahí que probablemente también considerase que el agua no sólo es el principio fundamental de la naturaleza sino que al principio sólo había agua.

Este cambio de paradigma cosmológico, que va de la teogonía y la cosmogonía de Hesiodo y Homero (επος) al logos, nos permite traspasar y cribar las evidencias sensoriales que  proporcionan los sentidos y que carecen de un sustento que de validez (επισταμαι) al discurso. En la primacía, por cierto, que concede a la razón sobre los sentidos quizá se percibe su vocación más práctica, anécdotas a parte, en los dos teoremas que han pasado a la historia con su nombre.

Se sabe que estos teoremas ya eran conocidos por diferentes pueblos  y que Tales, probablemente, pudo descubrirlos en un viaje que realizó a Egipto donde, entre otras cosas, pudo observar que era posible medir la altura de una pirámide teniendo en cuenta la sombra que proyectaba en un determinado momento del día debido a la proporcionalidad que guarda respecto a la sombra proyectada por otro objeto de altura conocida.

Así pues, el primero de estos teoremas dice que si se dan dos rectas cortadas por varias rectas paralelas, los segmentos determinados en una de las rectas son proporcionales a los segmentos correspondientes en la otra.



El otro de los teoremas de Tales dice que en un triángulo ABC, si se traza un segmento paralelo, B'C', a uno de los lados del triangulo, se obtiene otro triángulo AB'C', cuyos lados son proporcionales a los del triángulo ABC.


En ambos casos, la clave es la proporcionalidad entre un segmento conocido y otro desconocido, enlazando así, por cierto, con la Filosofía y el estudio de la naturaleza (φύσις), donde existe una correlación entre los efectos y sus causas, intrínsecas a sí mismas, tal y como lo concibió Tales de Mileto para quien "Lo más hermoso es el Cosmos, pues no ha sido creado".

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