Algunas breves consideraciones acerca del principio de razón suficiente en las que, ciertamente, no he podido superar el escepticismo filosófico. Adjunto también la brillante conferencia del profesor Félix Duque “Dar razón al principio de razón” en la que repasa el periplo de este concepto a lo largo de la modernidad.
1. La lógica no puede establecer el principio de razón
suficiente ya que, como demostró Gödel, es incompleta, inconsistente y
autorreferencial. Es decir, todo axioma debe de estar sustentado por otro
axioma; y, a su vez, por otro axioma que sustente al axioma anterior ad infinitum.
2. Tampoco las ciencias (las ciencias naturales) pueden dar
razón de ese principio de razón suficiente: pues se basan en métodos
epistémicos que las trascienden y que, a su vez, en parte también se fundamentan en constructos analíticos
(que se dan a priori, como la lógica o la aritmética).
3. Sí es cierto, por otra parte, que la metafísica sí puede
ocuparse de su esencia: Es decir, de la racionalidad; y, atendiendo a la recomendación
de Santo Tomás de Aquino, permitir que el hilo de una revelación pueda servir
de fundamento y guía de un aserto racional que fundamente la realidad.
4. Ahora bien: Hablar de revelación divina y Verdad es como
hablar de la redondez del círculo; pero tal “revelación”, ¿en qué medida pude ser considerada universal? Si nos
remitimos a las escrituras sagradas, realizamos un dudoso salto para la
filosofía al identificar dicho texto con una “verdad revelada”. Por el contrario, si aceptamos que dicha epifanía
acontece en una conciencia individual, ¿cómo puede ser aceptada –precisamente por
su carácter de individualidad- como un principio de razón suficiente que pueda
sustentar un sistema de pensamiento que se pretenda universal?