Las multiplicaciones tienen cuatro propiedades
que describen su uso o funcionamiento y que resulta muy práctico conocerlas para
comprender qué es una multiplicación y qué implican realmente. Son las siguientes:
1. La propiedad conmutativa: Pueden intercambiarse los factores (o los valores del multiplicando y el multiplicador) sin alterar su producto. Es decir, es indiferente multiplicar dos veces el número 6 que multiplicar seis veces el número 2.
6
x 2 ( 6 + 6 ) = 12
2
x 6 ( 2 + 2 + 2 + 2 + 2 + 2) = 12
Esto se da porque, en cualquier
caso, 12 es múltiplo de todos los números (o factores) anteriores.
2. La propiedad asociativa: Existe un nexo o conexión entre todos los factores de la multiplicación y el producto final, de tal forma que no sólo no se altera dicho producto cuando los intercambiamos (propiedad conmutativa) sino que, cuando se da el caso de que hay tres factores o más, al multiplicar el producto de dos de ellos, indistintamente de cuales sean, por el tercero, de nuevo vemos que no se altera el producto final:
6
x 2 x 4 = 48
6
x 2 = 12 y 12 x 4 = 48
2
x 4 = 8 y 8 x 6 = 48
6
x 4 = 24 y 24 x 2 = 48
3. Hay un elemento neutro: El 1 multiplicado por otro número, independientemente del factor que sea (propiedad conmutativa), devuelve el valor de ese número:
1
x 6 = 6
6
x 1 = 6
4. La propiedad distributiva: Cuando un número multiplica una suma o una resta, cabe la posibilidad de multiplicar cada uno de los factores de la suma o la resta; o bien, multiplicar directamente su producto sin que se altere su resultado.
( 7
– 5 ) 2 = 2 x 2 = 4
O bien:
( 7
x 2 ) – ( 5 x 2 ) = 4
En este segundo caso, el
multiplicador (2) se distribuye o reparte entre los factores de la resta (o
suma en su caso); de ahí el nombre de esta propiedad.