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jueves, 16 de octubre de 2014

PAUL CELAN

"También nosotros aquí, en el vacío,

nos mantenemos junto a las banderas." 


Paul Celan (1920 – 1970) es probablemente el poeta más importante del siglo XX, y eso significa nada menos que haber llevado el peso del pensamiento y la palabra en uno de los siglos que ha padecido una mayor indigencia, por decirlo con Heidegger, de ambas cosas. Celan, desde un estilo cercano al surrealismo, ya no conjuga lo divino, como es el caso de Hölderlin; sino tan sólo extrañeza y perplejidad ante la posibilidad de invocar lo sagrado desde el dolor y el sinsentido de la Shoá.


 Pese a ser rumano de origen judío, escribió su obra en alemán debido a su influencia materna. Lo cual supuso un fuerte desgarro cuando su lengua materna, la lengua en la que había basado su creación literaria, se convirtió en la lengua de los verdugos de sus padres.
 
Efectivamente, esas fueron sus circunstancias y el signo de los tiempos que le toco vivir; durante la segunda guerra mundial, sus padres fueron internados en un campo de exterminio; y él, en un campo de trabajo en Moldavia. Hecho que marcó a Celan y su obra el resto de su vida.

Sostiene la crítica que era un buen lector de filosofía y, en concreto de Martin Heidegger, de hecho se produjo más de un encuentro entre ambos. Paul Celan narra así, en una carta fechada del 2 de agosto de 1967, su primer encuentro:

“La lectura en Friburgo tuvo un éxito excepcional: mil doscientas personas me escucharon durante una hora conteniendo la respiración, después, Heidegger vino hacia mí…”

Sin embargo, pese a la admiración y proximidad de ambos personajes, se habría un abismo insalvable para Celan, que finalmente no pudo salvar al no percibir en Heidegger un gesto suficiente de arrepentimiento por su proximidad con el partido Nacional-Socialista y que dejó plasmado en su poema “Todtnauberg”.

Dice también la crítica que Celan no supo encajar el escaso interés  que suscitó su obra en el célebre filósofo de la escuela de Frankfurt, Theodor Adorno, con el que compartía un vivo interés por el espanto que les producía el sinsentido de Auschwitz y aquello que fue causa de la Shoah; y que esta fue una de las causas que propiciaron su suicidio. En cualquier caso, sea como sea, Celan no supo sobreponerse a su depresión y a las heridas impresas en su alma a lo largo de su periclitaje por el siglo veinte y, finalmente, terminó con su vida arrojándose a las aguas del Sena la noche del 19-20 de abril.


Tierra había en ellos y 
cavaron.

Cavaron y cavaron, así pasaron
su día, su noche. Y no alabaron a Dios
que, así oyeron, todo aquello quería,
que, así oyeron, todo aquello sabía.

Cavaron y nada más oyeron;
ni se volvieron sabios, ni inventaron canción,
ni imaginaron lengua alguna.
Cavaron.

Vino una calma, vino también una tempestad,
los mares todos vinieron.
Yo cavo, tú cavas y cava el gusano además,
y lo que allí canta dice: cavan ellos.

Oh uno, oh ninguno, oh nadie, oh tú:
¿Hacia dónde fue aquello hacia nada ido?
Oh, tú cavas y yo cavo y me cavo adonde tú,
y en nuestro dedo despierta el anillo.



Enlaces y bibliografía recomendada:

- Gadamer, Hans Georg. “¿Quién soy yo y quién eres tú? Comentario a cristal de aliento de Paul Celan". Barcelona: Editorial Herder, 1999.
- Derrida, Jacques. “Schibboleth”. Madrid: Arena libros, 2000.
- “Paul Celan, obras completas”. Editorial Trotta.
- A media voz: Una página muy interesante con una buena recopilación de poemas de Paul Celan.



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